Maicao (La Guajira), septiembre 16 de 2007] El imponente templo es el refugio espiritual de la comunidad de árabes que llegó al país buscando un mejor porvenir. Allí reivindican su fe en Alá.
Una voz extraña y aguda rompe de súbito la rutina de Maicao. Proviene de un parlante y llega hasta el último recodo de esta ciudad guajira de 123 mil habitantes. Es viernes, el reloj marca las 11:40 del día y el sol abrasador lo cubre todo.
Allahu akbar, Allahu akbar, Allahu akbar, se escucha a lo lejos. La frase, que en su traducción del árabe al español significa “Alá es grande”, hace parte del adhan, llamado a la oración con el que convocan a los musulmanes a la celebración de todos los viernes al mediodía.
Una voz extraña y aguda rompe de súbito la rutina de Maicao. Proviene de un parlante y llega hasta el último recodo de esta ciudad guajira de 123 mil habitantes. Es viernes, el reloj marca las 11:40 del día y el sol abrasador lo cubre todo.
Allahu akbar, Allahu akbar, Allahu akbar, se escucha a lo lejos. La frase, que en su traducción del árabe al español significa “Alá es grande”, hace parte del adhan, llamado a la oración con el que convocan a los musulmanes a la celebración de todos los viernes al mediodía.
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